10 datos sobre la visita de El Papa a México
- Impacto Jalisco
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En febrero de 2016, del 12 al 17 el Papa Francisco pisó suelo mexicano por primera vez como Pontífice. Desde su elección en 2013, muchos esperaban este momento con entusiasmo, y su presencia dejó una huella profunda en millones de personas.
Uno de los momentos más conmovedores fue cuando celebró misa en la Basílica de Guadalupe. Frente a la imagen de la Virgen, se quedó en silencio durante varios minutos. Ese gesto sencillo, pero lleno de fe, tocó el corazón de muchos.
En Palacio Nacional, ante las autoridades del país, no tuvo miedo de hablar claro. Llamó a luchar contra la corrupción, la violencia y la exclusión social. Sus palabras resonaron fuerte, dentro y fuera del gobierno.
Durante su visita, El Papa no se quedó quieto. Recorrió varios rincones del país: la Ciudad de México, Ecatepec en el Estado de México, San Cristóbal de las Casas y Tuxtla Gutiérrez en Chiapas, Morelia en Michoacán, y Ciudad Juárez en Chihuahua. En cada lugar, fue recibido con alegría, fe y esperanza.
No fue casualidad que eligiera Ciudad Juárez. Lo hizo porque representa el dolor, pero también la esperanza de muchas personas migrantes. Allí, celebró una misa justo en la frontera con Estados Unidos, a unos pasos de El Paso, Texas. Fue un gesto poderoso.
También en Morelia, dirigió palabras firmes a los sacerdotes y religiosos. Les advirtió sobre el peligro del clericalismo, recordándoles que su misión es servir, no imponerse.
En Chiapas, le regalaron una sotana blanca bordada con figuras indígenas. La recibió con una sonrisa sincera, y con ella, abrazó la riqueza cultural del pueblo mexicano.
En Chiapas, se celebró una misa única. Se escucharon oraciones en náhuatl, tzeltal y tzotzil, algo que no solo emocionó, sino que también dio valor y dignidad a las culturas originarias. Fue un momento de verdadera inclusión.
En Ecatepec, más de 300 mil personas asistieron a la misa. Y no solo ahí: millones lo acompañaron desde las calles o a través de la televisión. La emoción se sentía en el aire, en los rostros, en los cantos
En Morelia, compartió momentos muy especiales con niños y jóvenes. Uno de los más recordados fue cuando un niño se le acercó y le dijo que quería ser como él. El Papa lo abrazó con ternura, en una escena que conmovió a todos.